lunes, 19 de mayo de 2014

Simples



Tenían razón; el dolor se fue.
Aquellas lágrimas derramadas en total desesperanza. 
Esas, que se llevaron parte de mí,
dejándome desnuda, indefensa,
aunque no toda.
¿Soy la misma? Soy diferente.

Algo, que me hace sentir y soñar. Algo que también me hace pensar que no valgo suficiente, o que todo carece de sentido y no merece la pena ser intentado.
Pero no, la inseguridad no lo es todo, ni lo será.

Mi corazón sangra,
y las nubes se mueven y brillan como cuando tus ojos se posan en,
mis ojos; mi boca; mi cuello.
Y todo mi cuerpo lo nota.

Son versos rotos, 
palabras incompletas entre verso y beso,
frases dichas por impulso,
caricias hechas en secreto.

No sé lo que pasará mañana, pero tú tampoco.
¿Perdemos la cordura?
Duerme hoy, despierta mañana.
O no despiertes nunca; quédate aquí, conmigo.

Tal vez,
hoy,
simplemente,
me apetezca pensar en tí.

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