miércoles, 30 de abril de 2014

TP

No camino.
Corro con todas mis fuerzas. Mi mente me dice "no puedes. Para. Estas cansada. Perdedora" 
La escucho, aunque intento no hacerlo. "Si puedo, si puedo, si puedo. Sé que puedo" Y continúo. Ya no sé si es agonía o libertad. En ese momento no son conceptos tan diferentes.
¿Cuánto llevo?¿Cuánto me queda?
Miro al camino de piedra. Suena a arena arrastrada, a respiraciones agitadas. Ya no hay tiempo, ni espacio, es todo muy confuso. Es yo contra mí, mi mayor temor. "no vas a poder, perdedora" "venga, venga, venga. Lo estás consiguiendo"
Y se confunden mis dos yos, porque los dos pensamientos, son míos, y no sé de que parte estoy. 
No noto las piernas. Miro abajo y siguen allí, moviéndose rápidamente. Solo siento el viento dando en mi cara con violencia, el cansancio y la adrenalina. Y lo peor, siento el miedo.
Mis pulmones se contraen en cada inhalación, se quejan y sufren por la ausencia de oxígeno. Queman, arden. 
Me muevo sin saber como, he perdido el control de mi cuerpo. Tal vez me centre en el dolor físico para no hacer caso de mis pensamientos. Como cuando te muerdes el labio del dolor, que alivia. O eso creo.  
No miro atrás, ya tengo demasiadas cosas que olvidar, y aun me queda un largo camino por delante, hasta que mi última gota de energía me abandone y muera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario