jueves, 16 de enero de 2014

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- Raaaain.
Por Dios, que pesado.
- Raaaain. -Silencio- Venga, Rain, se que me estás escuchando. Abre la puerta y hablamos.
No te voy responder Andrew, deja de intentarlo.
-Rain Black abre la puerta ahora mismo. - Dijo ya serio. 
Bah. Cerré la tapa de mi ordenador y me levanté de la cama. Si es que se podía llamar cama.
-¿Qué quieres Andrew? - Dije abriendo la puerta.
Miró por encima de mi hacia la habitación y puso cara de enfado.
-Esto esta hecho una mierda. Tienes que recogerlo.
- Vaaale ya lo haré. ¿Algo más? - Dije cerrando un poco la puerta.
- Si. - Abrió la puerta al máximo. - Hoy tengo una cena muy importante, Rain. - Miró al suelo y suspiró. Se le veía demarcado, con ojeras y arrugas. - Me encantaría que vinieras - Dijo poniendo énfasis. 
Me sorprendí. Nunca me llevaba y solo en las excepciones yo, como no, la acababa jodiendo.
-Eh... No se que decirte.
Y era totalmente cierto. Pensaba que le daba vergüenza que le vieran conmigo.
- Se que hemos pasado malas temporadas... - ¿Malas temporadas? JÁ. - Pero, quiero que empecemos de nuevo ¿vale?
Se le veía nervioso. ¿Te ha dado la vena familiar después de tres años? 
No iba a ser mala. Ya me sentía demasiado culpable por como había destrozado su vida.
-Vale. - Respondí seria. Por su expresión supe que se había sorprendido. - Pero, yo elijo lo que me pongo. - Le sonreí pícara y me metí en mi cuarto cerrando la puerta. Me gustaba haberle sorprendido. Tal vez, y solo tal vez, había una mínima esperanza de que lo que había dicho fuera verdad. Todo por lo que había pasado había hecho mella en mí. Y no podría cambiarlo sin ayuda de nadie.
Cojí un vestido del armario. Era uno de esos que había comprado pensando que alguna vez tendría una fiesta, baile o cena especial en el que ponérmelo. Había sido una tontería, un mero capricho, y había pasado allí, encerrado en el armario durante meses. Lo que más me gustaba de él es que era excesivo. Era azul metálico. Se abría con jirones y rotos en los muslos y en la espalda. Era ajustado y un poco escotado. Era perfecto.
Me duché corriendo y me peiné el pelo rubio azulado. Lo dejé suelto. Las mechas californianas quedarían genial con el vestido. Me puse unas medias negras unas botas negras de tacón y una gargantilla del mismo color. Raya negra y rímel para los ojos.
Tranquilízate. Respiré hondo. Sería una nueva oportunidad. Una nueva oportunidad. Volví a respirar profundamente. Sonaba bien. 

Llegamos a la fiesta. Debía ser bastante tarde porque ningún amigo/jefe/persona nos fue a recibirnos. Entramos en una enorme finca. Estaba oscuro, pero se distinguían tres grandes casas que rodeaban una fuente dorada. Caminé detrás de mi tío, que parecía un poco arrepentido de haberme traído. Alguien abrió la puerta de una de las casas y dos personas salieron de ella. Se cruzaron con nosotros mientras iban hacia la salida. Andrew me cogió de la mano y aceleró el paso hacia la puerta abierta.
Entramos y el olor a alcohol me asaltó. La música no sonaba muy alta, lo justo. La gente bailaba, hablaba, reía y bebía. Todos demasiado mayores.
- Qué ambientazo - Se me escapó, irónica.
- Me dijeron que habría chicos de tu edad...- Se trató de explicar.
-Bah, da igual. - Moví la mano restándole importancia. - Me daré una vuelta.
-Ten el móvil en vibración ¿vale? 
- Sí. Nos vemos en un par de horas. - Me fui lo más rápido que pude de su lado para que no me retuviera.

Lo primero que hice fue ir a la barra y pedir una copa. Me la bebí rápido y pedí otra.
-Wow. Pensaba invitarte a la próxima. - Un chico de pelo negro y ojos verdes me miraba con curiosidad. Estaba sentado en la barra al lado mio y parecía tener una cerveza en sus manos. 
-No me invitarías, son gratis. - Dije levantando el vaso hacia el y bebiendo hasta la última gota. Le sonreí al ver que esbozaba una sonrisa deslumbrante. 
-Te puedo invitar igualmente aunque no signifique pagarlo- Dijo señalando el vaso vacío y me guiño un ojo. Está tonteando conmigo. Me reí mentalmente.
-Me parece bien. - Le respondí. Tras otra copa, los efectos del alcohol me hacían soltarme más. Me sentía mejor y la risa se me escapaba siempre que podía. Ese chico me estaba haciendo pasar de los mejores ratos de mi vida.
Su móvil vibró en los pantalones. Se lo sacó y se revolvió el pelo mientras lo cogía. Después de un rato mirándole hablar me reí de mi misma por haberme quedado tan empanada. Colgó el teléfono y me sonrió. Me alegré muchísimo de haber ido a esa estúpida fiesta.
-Era mi hermana. - Me cogió de la muñeca - Ha encontrado el sitio donde está la verdadera fiesta. 
Tiró de mí y me reí.
-Estoy borracha. - Dije con voz pastosa y divertida.
- Me he dado cuenta. - Y rio. Volvió a tirar de mí, poniéndome en pie. - Vamos.

No se como atravesamos toda la multitud de adultos que había en el salón. Pero pudimos, y terminamos encontrando un salón, más reducido en el que sonaba la música fuertemente. No se oían casi las voces de los adolescentes que la llenaban pero se les veía bailar frenéticamente. Tan poco eran muchos, puede que unos veinte. Habían separado los muebles y habían formado una pista de baile con luces de colores en el techo. Una mesa hacía de barra con aperitivos y bebidas. Varios sillones estaban al otro lado y en ellos gente se liaba o hablaba. 
Fuimos a la barra y me dijo algo que no escuché. Sonreí como si le hubiera entendido y se fue de mi lado.
Me decepcioné un poco pero supuse que volvería.
-Holaaa -Una chica alta con un vestido rosa se acercó a saludarme. - Soy Perrie, Perrie Graham - Dijo como si su nombre lo dijera todo. - ¡Esta es mi fiesta!
La sonreí distraída.
-Mi padre es el jefe ¿sabes? Me ha dejado organizar todo esto porque sino sabe que me aburriría. Pero bueno...-Se debió de dar cuenta de que ni me conocía - Y tu ¿quién eres?
-Rain Black. 
-¿Black? No me suena. ¿Quienes son tus padres? - Dijo confundida. Debía ser la típica niña mimada y cotilla.
- Estan muertos. -Dije borde. No me gustaba que esa chica me interrogara y se sintiera superior.
-Ah. - Estaba incomoda. Bingo- Lo siento. - Carraspeó, dio un paso hacia atrás y se fue.
Que personaje. Esa conversación no me iba a destrozar la noche. Ya había superado lo de mis padres.
Pero...
-Perdona - Le dije a chico de la barra - ¿Tienes algo con alcohol?


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